"Hemos tenido tormentas de arena y polvo, y eso es un problema en la agricultura. Los cultivos necesitan sol para complementar la fotosíntesis. No se puede lavar con agua, porque ese polvo es salino, cae y quema los cultivos, y el agua propicia la aparición de hongos. Por eso desarrollamos un robot para deshacernos de ese material".

Así explica Christian Aravena, jefe del equipo de ingenieros de Ancestral Technologies, cómo surgió una solución desarrollada en Arica por profesionales de la zona, que desde hace tres años están agrupados en Waki Labs Solar Hub, un polo de desarrollo tecnológico que reúne a una veintena de empresas y emprendimientos con apoyo de organismos públicos y privados.

Ahí convergen ingenieros, técnicos, mecánicos, expertos en software y márketing, entre otros, formados en universidades e institutos profesionales locales, que están elaborando productos para clientes de la zona, de otras regiones y extranjeros.

Todos coinciden en las ventajas de Arica como laboratorio natural de pruebas por su ubicación geográfica privilegiada con países vecinos; buen clima, con abundante radiación solar; extensas playas y turismo; desierto y altiplano a pocos kilómetros de distancia; valles agrícolas y patrimonio cultural.

Pero también se apunta, como modelo y destino, a mercados más grandes con entornos desérticos similares, como Perú, España, China y Australia.

"En Arica hay suelos salinos y los terrenos cultivables no son extensos. Adaptamos soluciones disponibles en otros países, a gran escala, a la realidad local de parcelas, con sensores conectados a computadores que monitorean humedad, salinidad y nivel de sequedad en suelos. Pueden activarse alertas y control de válvulas de riego", añaden en Ancestral Technologies.

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Fuente: El Mercurio | Nacional. 25 de octubre de 2018.