Uva de mesa en el norte

- costos + calidad

Luego de la gran sequía , que sacó de producción entre el 20 y 30% de la superficie de uva de mesa y de una de las temporadas más malas de las últimas décadas (2016-2017), los productores del norte enfrentan la necesidad de renovar sus parrones, por viejos, y sus variedades, por obsoletas. Los que se ha llamado "la reingeniería" de la uva de mesa chilena implica altos costos de establecimiento y la apuesta por variedades de comportamiento poco conocido y con royalty, pero que prometen altos rendimientos y bajos costos productivos, además de la posibilidad de ampliar los mercados de destino.

El negocio de la uva de mesa de exportación ha cambiado radicalmente en los últimos años. Los márgenes de ganancia se venían reluciendo, como retorno neto al productor, por incremento en los costos de mano de obra, pero el agricultor se defendía debido a que tenía un ingreso razonable. Todo eso cambió porque los precios cambiaron, pero además porque cambiaron las variedades que los compradores están dispuestos a recibir.

Las ventanas de buenos precios se han ido cerrando y la rentabilidad de algunas variedades tradicionales de la oferta chilena, de gran presencia en la zona temprana, se vino al suelo. El envejecimiento de los parrones del norte de Chile y la obsolescencia de algunas variedades tradicionales, se cruza fatalmente con el desarrollo de nuevas zonas productivas, como Ica y Piura en Perú, y la prolongación de la temporada californiana en base a nuevas variedades patentadas, tardías y muy productivas. Como consecuencia de los anterior, hoy son miles de hectáreas de uva de mesa las que compiten por compartir lo que antes era la ventana temprana de Chile.


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Fuente: Redagrícola | Julio 2018, pág 29


30 de Julio de 2018